La medida de todas las cosas


"El hombre no es precisamente la medida de las cosas", afirma Nietzsche en el tercer apartado de Más allá del bien y del mal, y esa frase puntiaguda da en el blanco de mi reflexión de hoy.

No creo que haga falta aclarar que por cuestiones de género en la frase inicial, donde aparece "hombre" se sustituya por "ser humano", es cuestión de contexto. Recordemos en qué año escribía Nietzsche y para quienes escribía.

Si el ser humano no es la medida de las cosas, ¿quién o qué si lo es? Siguiente pregunta: ¿De dónde nace la necesidad de determinar a alguien como medida de las cosas? ¿Acaso quien determina la medida, es quien controla todo? Miremos nuestra historia humana y podremos responder.

El antropocentrismo nos llevó como humanidad a antropo-descentralizarnos. Por querer estar en el centro del mundo y ser medida del mundo, perdimos nuestro mundo. Por querer estar en el centro, perdimos nuestro centro. Estamos desorientados. Y si no, miremos a nuestro alrededor. Todo mundo volteando a ver qué hace el otro. Todo mundo volteando a ver al vecino a  ver a quién sigue, a quién escucha, a quién lee, para quién trabaja y para quién sueña.

Quisimos ser la medida del mundo. Pero no medimos si acaso podíamos soportar semejante tarea inhumana. Pobres mortales. Pretendemos ser dueños de la Tierra. Somos pequeñas hormigas sobre el pelo de un animal de mayor tamaño, el día que dicho animal se sacuda para proseguir su camino, nosotros desapareceremos del mapa, del cuerpo del animal.

No somos la medida de las cosas. No podemos medir ni siquiera lo que tenemos más cerca nuestro. No somos capaces de medir cuántos minutos soñamos diariamente. ¿Cuántas veces respiramos a diario?

Pero no saber cosas de nosotros no es cuestión para asustarnos o desalentarnos. No. Eso nos motiva a no medirnos con nada más que con nosotros mismos. Las preguntas podrían ser ¿Hoy fui mejor ser humano que ayer? O en negativo, ¿Hoy destruí el ánimo de alguien que se cruzó en mi camino, como ayer? ¿Hoy realmente fui sincero, leal, honesto conmigo mismo y con los proyectos que me he propuesto? Respondamos a nosotros mismos y dejemos de medirnos con los que nos rodean. ¿Qué puede suceder? No lo sé. ¿Por qué no lo intentas? ¿Por qué no lo intentamos?

Elaborado por Juan J. Cabrera Álvarez

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