La "Y" griega

En muchas partes, en muchos textos vemos la letra "Y" (i griega o ye) de nuestro alfabeto. Pero la pregunta que quizás ustedes se estarán haciendo es: Y ahora, ¿con qué rayos nos va a salir, qué tipo de reflexión nos va a provocar esa minúscula e insignificante letra "Y"? Mi método es el siguiente: No tengo método. Nunca me detengo a pensar lo que voy a escribir. Sólo tomo esta página en blanco y lo primero que veo en mis memorias, lo escribo. Siempre tratando de evocar recuerdos sobre algo vivido y a la vez -en mi caso- algo leído. 

Entonces, de pronto sucede. Llega la inspiración pero me encuentra trabajando. Eso dijo alguna vez Pablo Picasso: "La inspiración llega, pero te tiene que encontrar trabajando". Por eso, vayamos al meollo del asunto.

La letra "Y" tiene muchos usos: en matemáticas como la segunda incógnita de una ecuación. Lo usamos como conjunción, ejemplo: Juan y mi hermano. Y algo que me parece notable es que en México usamos dicha letra como interjección: ¡Y! Veamos un ejemplo: Ya escribí un artículo más en internet. Y la respuesta mexicana podría ser: ¡Y! ¿qué quieres que haga? ¿Te traigo mariachi o te hago un mole o qué? Bueno, esta respuesta es de la Hora Pico, je, je, je. 

Sólo quiero enfocarme en el significado del uso y sentido de la "Y" cuando se emplea como conjunción y como interjección. Y sobre todo cuando se utiliza en el sentido de los ejemplos aquí proporcionados. ¿Por qué? Porque cuando digo "Juan y mi hermano" estoy agregando algo, estoy sumando algo. Y cuando empleo la interjección ¡Y! tiene un sentido de connotación negativa, despectiva; significa que estoy restando.

Entonces mis preguntas y que pueden hacer suyas, si gustan, son: En mi vida, ¿quiero ser conjunción o interjección, quiero sumar o restar? ¿Quiero construir o destruir todo lo que encuentro a mi paso? Frente a nuestra situación actual y frente a los míos, frente a los que quiero y estimo, prefiero sumar o restar?

Que pasen una agradable tarde-noche y sobre todo, una agradable VIDA. 


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